Sofística, conocimiento y formas en Platón

Semblanza: Licenciado y Mtro. En Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, actualmente candidato a Doctor por la misma institución. Con experiencia de más de 8 años como docente en la UNAM impartiendo las materias de Historia de la filosofía 7 y Ontología, además de ser profesor del Centro de Estudios Filosóficos, sus líneas de investigación son la Historia de la Metafísica y Ontología, Idealismo alemán, Fichte, Schelling y Hegel, Ética y Filosofía de la biología.

Resumen: Cuando Platón alcanza la edad de los sesenta, ya se había labrado una posición destacada en la historia. Es autor de más de una veintena de obras, y desde hace veinte años, dirige un prestigioso instituto de búsqueda filosófica: la Academia. Ya había efectuado su primer viaje a Siracusa (Sicilia), a petición de Dionisio I, ávido de recibir al filósofo más prestigioso del momento. En cuanto a su filosofía, Platón ha desarrollado un “sistema” que, en respuesta al relativismo sofístico, reivindica un conocimiento objetivo, lo que supone la realidad total y perfecta del objeto del conocimiento. Esta realidad está representada por las Formas eternas. Estas permiten justificar o “garantizar” la “existencia” de un universo sensible, y en cuanto a la actividad humana, atraen nuestras acciones, pues representan la causa final. En efecto, tras haber atravesado un extenso periodo de calma que parece culminar con la República, la nave platónica se adentra en una zona de turbulencias.

Su navío es víctima de importantes danos (¡así como la mercancía que transporta!), y una vez retornada la calma, el capitán hace un balance de las perdidas. Estas son importantes, pero Platón no se desanima y decide emprender una “segunda navegación”. Conoce, sin embargo, los peligros que le esperan si continua en la misma dirección y, lucidamente, decide cambiar de rumbo. El Parménides y el Teeteto son el cuaderno de a bordo del timonero durante la tempestad. El Sofista testimonia la “segunda navegación” que solo se detendrá con la muerte del capitán, veinte años más tarde. El tema central del Sofista no podía ser, tras la tempestad, otro que un verdadero manifiesto pro-filosofía. Se trata de asegurar la supervivencia de la filosofía. Platón constata que la filosofía está enferma, pero, no solo encuentra la causa de la enfermedad, sino también el remedio.

Bibliografía recomendada: Platón, El Sofista, Alianza, España, 2007.